Odúbel Herrera parece comenzar a tomar el ritmo que le llevó a ser un All-Star. El viernes por la noche conectó su primer jonrón en más de dos años y terminó con su mejor juego, desde que regresó a las Grandes Ligas, en medio de la paliza de los Filis de Filadelfia 12-2 contra los Bravos de Atlanta, el viernes por la noche.
Herrera atacó una recta cortada, a 87 millas por hora, de Charlie Morton y sacudió una línea salvaje a 109,3 mph, que viajó a 412 pies desde el plato para superar la pared del jardín central del Truits Park, en pocos segundos. El estacazo consiguió a dos compañeros en circulación y coronó un racimo de seis anotaciones en la primera entrada, que estableció las bases de lo que sería el encuentro.
Para ese momento, la conexión elevó a cuatro los contactos consecutivos del toletero con una velocidad de salida de más de 100 mph, de acuerdo con MLB.com.
“Estamos viendo mejores swings. Ha trabajado en la práctica de bateo y la pelota está saltando de su madero”, destacó el manager Joe Girardi. “Sentíamos que se avecinaba algo. Ese fue un gran cuadrangular para para él y para nosotros”.
La última vez que Herrera había ligado un vuelacerca se remontaba al 8 de abril de 2019, antes de ser suspendido a finales de mayo por violar la política contra la violencia doméstica de MLB, un incidente que le acarreó 85 juegos de suspensión, en tanto que en 2020 fue sacado del roster cuáquero y no actuó arriba.
Herrera terminó el desafío con dos hits en cuatro turnos, para mejorar su promedio a .400 (10-4) en los tres encuentros más recientes de los Filis, después de ligar apenas de 24-2 (.083), en sus primeros nueve desafíos, desde su regreso a las Mayores, el 26 de abril.
Antes del partido, Girardi había informado que Herrera le había estado sacando provecho al tiempo extra en la jaula de bateo con el coach Joe Dillon y que el equipo quería saber hasta dónde podría llegar, en su intento de resolver los problemas que ha confrontado desde el Día Inaugural para establecer un centerfielder que produzca en la alineación.
“Se siente excelente. Se siente realmente bien”, apuntó Herrera, quien agregó que se está enfocando en usar más sus piernas cuando hace swing. “Lo más importante es que ayudé al equipo a ganar”.
Antes de la llegada de Herrera, los tres peloteros que desfilaron por el jardín central de los Filis, Roman Quinn, Adam Haseley y Mickey Moniak, se combinaron para un magro promedio de .119 (77-9), con un jonrón y tres remolcadas. Ninguno de los tres se encuentra con el equipo en la actualidad. Así que Herrera pareciera estar encaminado a seguir jugando a diario y el venezolano confía en que puede hacerlo. “Sí. Seguro”, soltó después del partido.