EL EMERGENTEPor Ignacio Serranohttps://www.elemergente.com/
Mucho tardaron las Águilas del Zulia para lanzarse al agua del mercado de cambios de la LVBP en este receso entre temporadas. Y mucho tardamos también, una semana casi, en lanzarnos nosotros al agua de evaluar ese canje acordado con los Leones del Caracas.
Días atrás analizamos la transacción desde la acera caraquista. Distintas motivaciones movieron a ambas escuadras. Tratemos de ver el panorama desde el ángulo maracaibero.
Lo primero, lo obvio, coincide con la conclusión inicial de la columna anterior. Hombre a hombre, midiéndolos según su estatus en el sistema MLB, los alados ganaron por mucho.
Luis Alexander Basabe es integrante de la promoción 2020 de las Grandes Ligas. Pasó varias semanas lesionado después del Spring Training, pero está de vuelta en las Menores. No es descartable que vuelva al Big Show este mismo año.
Eduardo Paredes, en cambio, ha visto disminuido su estatus en los diamantes internacionales. Pasó de la Gran Carpa en 2018 a Triple A en 2019, luego a un circuito independiente y finalmente a México en 2021, sin poder mantenerse allí. Ahora se prepara para disputar la nueva Liga Mayor de Beisbol Profesional de Venezuela.
El contrato de Basabe y su potencial aporte, en teoría, son más importantes. Pero ya sabemos que el valor de un jugador en la pelota invernal depende de otros aspectos. El más apreciado de todos, claro, es su disponibilidad real.
Paredes, en ese sentido, ofrece más garantías. Desde su debut con las Águilas, nunca dejó de reportarse para ver acción a final de cada año, incluso en la justa 2018-2019, después de su segundo torneo con los Ángeles de Los Ángeles de Anaheim.
Basabe no. Después de estrenarse en el Universitario, en la 2017-2018, creció como legítimo prospecto en las granjas de los Medias Blancas de Chicago y no regresó más. Los Leones llegaron a contar con él hasta meses atrás. Su reiterada ausencia, sin embargo, parece haber colmado el vaso en la capital.
Zulia corre, pues, dos riesgos con este movimiento. El primero, obvio, es que su nuevo jardinero central se quede en los archivos de Excel de la gerencia. Que, como Rougned Odor o Ronald Torreyes, sea parte del equipo, pero sin llegar a uniformarse. Y el segundo es la obligación de compensar la salida de un relevista apto.
Porque Paredes ha sido un pitcher útil en la LVBP. Tiene 3.57 de efectividad en tres campañas, con 45 apariciones. Fue uno de los bomberos más usados por los rapaces desde su ópera prima. Acaba de tener su mejor temporada en Venezuela, con 3.13 de promedio en 20 incursiones, la mitad del calendario de su escuadra. Y todo como parte de un staff que tuvo 6.38 de registro y que, por deficiente, fue responsable directo de la reciente eliminación.
La apuesta de los aguiluchos es calculada. El bullpen fue mucho mejor que la rotación, por lo que había cierta abundancia a ofrecer para concretar otros objetivos. En teoría, el aporte veterano sigue estando repartido entre varios brazos, con Silvino Bracho, Danny Rondón y Elvis Araujo, en caso que éste retorne a los trabajos cortos, cruzando los dedos por la recuperación de Arcenio León.
En esta ecuación, por supuesto, entra el talento emergente de la novena. Que lo hay, y mucho. Aunque la apuesta, claro, enfrentará las presiones de los equipos del norte, que posiblemente pondrán restricciones a ese talento.
La gerencia considera que el aporte de Basabe vale la pena el riesgo de ceder un brazo que, si bien no fue gran protagonista, sí fue útil. Y lo vale, entre otras cosas, porque desde Ender Inciarte no hay un centerfielder criollo estable, valioso y dispuesto para el largo plazo, en esta institución.
Hay lazos familiares y regionales que pueden jugar un papel. Parientes del recién llegado son parte del roster occidental y el propio grandeliga, aunque nacido en Mérida, es criado en la Costa Oriental del Lago.
Puede que Luis Alexander quiera compartir clubhouse y alineación con su primo Osleivis Basabe, uno de los mejores novatos en la 2020-2021. Puede que el eventual retorno del equipo a su feudo en Maracaibo sea también un acicate. Pero no son garantías.
El propio Odor ha faltado a la cita que ha dicho estar por cumplir. Es nacido en la capital zuliana y su hermano menor ya se puso el clásico uniforme naranja, blanco y negro. El bigleaguer, en cambio, todavía no se reporta.
El tiempo dirá si las Águilas ganan la apuesta. Basabe puede llegar a ser un pelotero de impacto, uno que aporte fuerza y contacto a bajo costo, si no se consolida en el sistema MLB. Y es cierto que el riesgo es controlado por tratarse de Paredes quien sale. Aunque nunca parezca recomendable entregar pitcheo a tus rivales en la LVBP.