Andriw Sánchez Ruiz | Prensa LVBP
Caracas.- Cada hit, carrera remolcada, anotada y números de Ángel Reyes lo colocan dentro de la paleta de candidatos para el Novato del Año, ahora que se acerca el final de la ronda regular y se comienzan a estructurar los casos de los elegidos en las cabezas de los votantes para los Premios de la Temporada.
No es para menos. En los 30 juegos que tenía antes de la doble cartelera de este domingo, contra Leones del Caracas, el infielder de Águilas del Zulia poseía algunos de los mejores guarismos de la liga. Eran 26 las empujadas y 23 las anotadas, 37 los imparables entre los que se cuentan 14 extrabases, .339 de promedio de bateo y .923 de OPS, por resaltar algunas de sus estadísticas.
Por ahora es solo uno de los casos que flotan entre los debutantes. Sin embargo, eso no detiene a Reyes en pensar que, para alguien como él, el galardón es posible.
Uno de sus primeros sueños era firmar como pelotero profesional. Lo consiguió en 2011, con 16 años de edad y Marlins de Miami. Luego recibir una oportunidad en la LVBP.
“Cuando pensaba en ese chance siempre lo decía”, comenta el pelotero de 24 años de edad, en su visita del fin de semana al Universitario. “El año que juegue voy a ser Novato del Año. Creo que la mente y la boca son algo fuerte, y lo que salga de allí se puede dar. Si se me da sería cumplir un sueño para mí”.
El amanecer de este domingo vio a Reyes como el séptimo mejor bate del torneo. Ningún otro novato está por encima de él en ese reglón. Era sexto en impulsadas y duodécimo en porcentaje de embasado (.402). Contendientes le sobran y con buenos argumentos: Ángelo Palumbo ha armado un caso, Félix Doubront se alza como un competidor extraño y Leonardo Ferrini tiene una ficha allí, por solo nombrar a tres.
De todas maneras, Reyes sabe que pelea por lo que alguna vez soñó y cada vez se lo hacen saber.
“Todo el mundo, mi familia, me lo ha dicho”, cuenta. “Me escriben bastante y me recuerdan qué era lo que les decía cuando esperaba que llegara esta oportunidad. No se lo dije a una sola persona, sino a varias”.
En este momento, Reyes es agente libre. Fue hecho a un lado por Miami después de jugar en Clase A Avanzada. No duró mucho tiempo sin trabajo, aunque ya no era en el beisbol organizado. Fue a los circuitos independientes de la American Association y CanAm League. En ambos bateó para más de .300.
En el espacio que se le abrió en Venezuela, en el nido rapaz, encajó entre los importados Olmo Rosario y Yosmany Guerra, ambos líderes remolcadores con 31 y 28, respectivamente. Entre los tres han fletado 85 anotaciones. Gran parte del éxito ofensivo aguilucho se debe a esa tríada.
“Pienso que el trabajo lo han hecho ellos, no tanto yo. Ellos son los que se embasan, los que empujan las carreras”, afirma Reyes. “Por mucho tiempo estuvieron bateando para .400 y es fácil remolcar anotaciones cuando tienes a ellos en la segunda o tercera base. El mérito es de ellos, yo solo me encargo de darle a la bola hacia adelante”.
Este es una oportunidad que ha sido aprovechada por Reyes que ahora es un nombre que salta en las planificaciones de la organización para el futuro próximo.
“Llevo años preparándome para eso. Uno va concentrándose para ser mejor pelotero cada día”, dice. “Todos los años trato de hacer ajustes, de ser mejor pelotero, de conseguirme a mí mismo, hasta que llegue el momento en que esté en el máximo nivel, cosa que espero”.