Juan José Ávila no seguirá al frente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional “por motivos personales”, informó el departamento de prensa del circuito rentado. El directivo anunció su decisión el martes a través de un comunicado a los presidentes de las ocho divisas. La renuncia se da a menos de mes y medio del comienzo de la campaña 2019-2020 y complica aún más su realización.
“Fueron poco más de dos años de un enorme crecimiento profesional, en los que trabajamos al lado de los directivos de los ocho equipos miembros de la LVBP para sacar adelante campeonatos con mucho esfuerzo, en medio de grandes dificultades”, recordó Ávila.
La LVBP indicó que trabaja para la realización del torneo
“Siempre he pensado en lo mejor para el beisbol profesional del país. No he hecho otra cosa durante mis 31 años ligado a la pelota, cumpliendo varias facetas. Pero en este instante debo dar un paso al costado, durante algún tiempo, debido a razones familiares que requieren mi atención inmediata y que mis responsabilidades en este instante me impiden atender de la manera adecuada”, señaló Ávila en su escrito.
El directivo estuvo en el cargo desde 2017 y enfrentó asuntos complicados relacionados con la Comisión de Dopaje, la suspensión de la Serie del Caribe 2018 en Barquisimeto, la seguridad de los equipos en los traslados, la final 2018-2019 e incluso la reducción del calendario 2019-2020. Sobre la próxima campaña, Ávila manifestó: “La razón de ser de la LVBP es jugar beisbol, organizar un torneo todos los años, entre octubre y enero. Así que aspiro a que el venidero campeonato 2019-2020, que se jugará en honor de Víctor Davalillo, se realice con éxito, como es el deseo de todos los equipos y para lo cual se trabaja de manera incansable”.
Crisis se agudiza. La renuncia de Ávila, más allá de las razones, supone una agudización de la crisis del circuito y aumenta la incertidumbre con respecto a la realización de la campaña 2019-2020, cuyo inicio está fijada para el 18 de octubre.
El sucesor del directivo deberá enfrentar la posición de la Major League Baseball, que prohibió a los peloteros de Grandes Ligas y Ligas Menores participar en el torneo de la LVBP, rompió relaciones con la Liga y dejó a Venezuela fuera del Acuerdo Invernal, por el que se rigen las comunicaciones de los circuitos caribeños con el beisbol organizado.
En un comunicado reciente, la LVBP informó que “hace esfuerzos” para realizar la próxima temporada y volver al Acuerdo Invernal. Las gestiones, si bien seguramente se han efectuado, no pasan por un asunto estrictamente deportivo, sino por la valoración del Departamento del Tesoro, mediante la OFAC, del ente que desde la 2017-2018 se denomina Liga Pdvsa.
De no recibir el visto bueno del Departamento del Tesoro, la MLB mantendrá su posición para no violar la orden ejecutiva del presidente Donald Trump sobre el país. En ese contexto, la organización del torneo se tornaría muy cuesta arriba.
De seguir adelante con la campaña, la LVBP deberá hacer “inventario” de los peloteros de ligas independientes de las ocho escuadras y, sobre todo, cuáles de esos jugadores están dispuestos a participar en el torneo de un ente sancionado, pues atletas como Carlos Zambrano, por citar solo un ejemplo, actúan en ligas no afiliadas a la MLB y tienen intereses económicos en Estados Unidos. Al quedar Venezuela fuera del Acuerdo Invernal, los deportistas se exponen a sanciones individuales.
Por otro lado, la autoridad del circuito sin la aprobación de la MLB y fuera del Winter Agreement está muy socavada y sin herramientas para evitar una “diáspora” hacia las otras ligas caribeñas, sobre todo ante la precaución de muchos peloteros frente a una posible sanción individual.
Cuestiones menores, entre ellas la adquisición de implementos deportivos como pelotas, también se perjudican si la prohibición se mantiene. Y la participación del monarca criollo en la Serie del Caribe estaría en duda, y solo se permitiría en calidad de invitado, como sucede con el campeón cubano.