En ninguna de las diez series finales que han jugado las Águilas del Zulia han tenido un mejor escenario que el que se presenta en esta oportunidad, para conquistar el título.
Ni siquiera en la campaña 83-84, cuando de la mano de la velocidad de José Leiva, Johnny Paredes y Jeff Stone y de los batazos de Terry Francona, Roberto Ramos y Leonel Carrión y bajo la conducción del genio de Rubén Amaro. Sin dejar de mencionar el pitcheo liderado por Derek Botelho y Porfirio Altamirano, dejaron fríos y sin vista a la misma divisa que hoy enfrentan; se ganó y de forma cómoda el primer título.
En ese enero de 1984 las Águilas dieron cuenta, sin piedad, de los crepusculares en cinco desafíos.
En esta oportunidad, la situación está más clara y se cree que esta final no pasará del partido del martes. Que este lunes se pondrá la serie a pique y que mañana martes los rapaces levantarán su sexto campeonato.
Y no solo son deseos y aspiraciones, los números así lo indican.
Números y actuaciones
.375 es el promedio de bateo colectivo de las Águilas del Zulia, por solo .221 de los bates larenses.
Son 148 puntos de ventaja y esa cantidad parece aun más, cuando se le agregan las nueve bases por bolas y tres golpeados, que han obsequiado los lanzadores del mánager Luis dorante, e incluimos los cuatro errores que ha cometido la defensa barquisimetana, a dos por juego.
Treinta (30) hits y ventitres (23) carreras suman los zulianos en los dos compromisos jugados en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, de Barquisimeto.
Mientras que los crepusculares han disparado solo 15 inatrapables y anotado tres rayitas.
Y las Águilas han jugado impecable a la defensiva, con una línea central liderada por Freddy Galvis, Endy Chávez, Jesus Flores y Jordany Valdespín. Mientras que José Pirela y José Tábata han lucido un mundo en los jardines.
De igual forma lo han hecho Ronny Cedeño y Mario Lissón en las esquinas. Estos dos refuerzos o sustitutos han suplido y de la mejor manera a Giovanny Urshela y Reynaldo Rodríguez.
Química e inspiración
Si las Águilas siguen jugando como en Barquisimeto, será difícil que esta serie se extienda más allá de un quinto juego. Además del despliegue ofensivo, habiendo conectado hasta ocho extrabases y anotado 23 carreas, su pitcheo tiene una efectividad colectiva de 1.50 y un WHIP de 1.0.
Y lo que se respira en ese dogaut y clubhouse es pura inspiración y camaradería.
Como nos dijo Wilson Álvarez la semana pasada, “confianza, comunicación y motivación” son las claves para que este equipo haya llegado a donde está, a dos triunfos de ser el presentante criollo a la Serie del Caribe, que este año se jugará en Culiacán, México.
Todo está servido para una barrida
Y si de inspiración y motivación estamos hablando, el escenario está servido para que las Águilas repitan lo hecho en la campaña 92-93, cuando dejaron en el camino, de la final, a los navegantes del Magallanes 4-0.
Esa ha sido la última vez que se dio una barrida en una final en la pelota venezolana y creemos que en esta ocasión se repetirá.
Carlos Hernández abrirá hoy por las Águilas
Y para que vayamos del “dicho al hecho”, Lipso nava y Wilson Álvarez enviarán esta noche (7.00 pm) a la lomita del parque Luis Aparicio El Grande, de Maracaibo, al zurdo estadounidense Carlos Hernández,quien ha sido el mejor lanzador de la excelente rotación zuliana.
En la actual postemporada acumula tres victorias en cuatro salidas, con una efectividad de 1.17 y un WHIP de 0.978, el zurdo solo ha permitido dos carreras limpias en 15.1 innings trabajados; además viene de maniatar a la poderosa ofensiva de Caribes de Anzoátegui en su última salida, después de lanzar siete episodios en blanco.
Para intentar detener a la fuerte ofensiva zuliana, Cardenales de Lara designó como abridor para este lunes al derecho Néstor Molina, quien esta temporada enfrentó en dos oportunidades a los dirigidos por Lipso Nava. Dejó un récord de una victoria sin derrotas, con una excelente efectividad de 1.54 en 11.2 entradas lanzadas y un bajo WHIP de 0.943, además solo permitió dos carreras limpias y apenas otorgó dos boletos.
Otro dato importante es que en la serie entre estos dos conjuntos, Zulia ganó cinco de nueve en la ronda regular.
En la casa los rapaces ganaron tres de cinco y en la carretera 2 de cuatro .
Como diría el Premier Arturo Celestino Álvarez, el primer narrador de las Águilas del Zulia, “El café está servido”.
Freddy Galvis ha impuesto su jerarquía tanto ofensiva como defensivamente
José Pirela es la chispa que enciende la ofensiva zuliana Enrique Peña Díaz
Fotos: Rafael Bastidas
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