Fotos: AVS PHOTO REPORTWilmer Reina | Prensa LVBP
Maracaibo.- Las Águilas del Zulia iniciaron la temporada siendo el único equipo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional que ha estado presente de manera continua en las últimas siete postemporadas, un objetivo que lograron bajo una constante: el aporte continuo de sus figuras criollas, una importación solvente y un sólido cuerpo de lanzadores.
La racha llegó a su fin, y de manera drástica. El equipo zuliano concretó su eliminación con el peor registro (24-36) desde la campaña 2005-2006 (23-39).
En esta campaña una serie de circunstancias adelantaron la agonía zuliana, que se hizo cotidiana en enero.
Son pocos los argumentos que las Águilas tuvieron durante esta zafra para ser considerados candidatos serios al campeonato. El Zulia fue un cúmulo de desaciertos en todos los aspectos del juego: una ofensiva pálida, una intrascendente importación y un cuerpo monticular intermitente, en gran parte, debido a la vulnerabilidad defensiva.
REACCIÓN EN CADENA
Al depender en demasía de la importación y apostar de manera arriesgada a los jóvenes valores, las Águilas sufrieron un duro golpe de realidad, ni si quiera lograron estirar sus esperanzas hasta la víspera de la navidad.
El problema del Zulia comenzó con la estructura de su roster. Las ausencias, esperadas y justificables, de Marwin González, Freddy Galvis, Ender Inciarte y Sandy León, cambiado a los Tigres, han sido irreparables desde todo punto de vista, principalmente el defensivo. Ni Darryl Kennedy y ni mucho menos, Chris Tremie, lograron establecer una línea central sólida en sus equipos.
Franklin Barreto
Las Águilas son el equipo que más errores (75) han cometido en lo que va de campaña, un factor que se acentúa entre el campocorto, la segunda base, la receptoría y el centerfield que colectivamente acumulan 44 pifias en el terreno.
La lesión de Alí Castillo jugó en contra de las posibilidades que tenían los zulianos de darle estabilidad al shortstop, ni Erick Salcedo, ni Franklin Barreto y ni Rainer Olmedo pudieron darle solvencia a la posición.
Más allá de la evolución del talento de Barreto como jugador, su juventud le jugó en contra en su primera experiencia en la LVBP, más aún cuando fue parte del eje del club en su rol como torpedero en el inicio del campeonato.
Barreto seguramente tendrá su oportunidad de revancha en la pelota criolla, pero sus credenciales contrastan con lo que hizo en su año de estreno. Bateó .183 y cometió 10 errores, en 35 encuentros.
Mike Jacobs
La apuesta por Mike Jacobs y René Reyes en la ofensiva fue efímera. Ambos zurdos no se adaptaron a las condiciones idóneas que se necesitan para ser productivos en un parque con las características del Luis Aparicio “El Grande”. La dupla de toleteros apenas se pudo combinar para dos vuelacercas y 31 producidas en 269 turnos. La salud de las rodillas de Reyes jugó en contra de sus capacidades para defender la pradera derecha en el parque marabino, mientras que Jacobs prácticamente fue nulo con corredores en posición anotadora, con un pobre promedio de .186.
También se hizo eterna la espera por el despertar de David Adams, que bateó .200 (95-19), con apenas siete remolcadas en la segunda mitad del calendario. Un escenario atípico cuando se buscan resultados en un torneo de escaso margen de error.
La falta de profundidad en el roster deja expuestos a Alex Romero y José Pirela como los únicos con las condiciones de cargar con la ofensiva aguilucha, una tarea titánica, tomando en cuenta los cambios constantes del lineup.
David Adams
La llegada de Mark Minicozzi, Tyler Austin y Levi Michael, fueron la última carta que se jugó la gerencia rapaz para tratar de darle un revulsivo a la toletería, que apenas produjo 3,7 carreras por juego.
Minicozzi quedó a deber con sus .215 y sus 10 remolcadas, mientras que un desgarro en la pierna izquierda de Austin lo privó de un mejor desempeño. Solo Michael mostró destellos de eficiencia y dejó buenas credenciales para contar con él en la próxima campaña.
La legión foránea quedó en deuda, a excepción de Lane Adams, el resto no resultó al momento de pararse en el home. Colectivamente la línea ofensiva (.243/.331/.362/.693) de los importados fue la peor de la liga.
TAREA PENDIENTE
La rotación también acarreó con parte de la responsabilidad. El cuerpo de abridores de las Águilas tiene marca de 6-25, con efectividad 4.16 y un promedio de 4.1 innings por apertura. Hay que tomar en cuenta que a los lanzadores estelares le anotaron 23 carreras sucias, la cifra más alta en la LVBP.
Stephen Fife, Miguel González y Eric Marzec dejaron marca de 1-11 en 20 salidas, con un porcentaje de carreras limpias de 4.10. Más allá del respetable desempeño de Wilfredo Boscán, Álex Torres y Yeiper Castillo, no lograron ser una garantía de triunfo sobre la lomita. La suerte le fue esquiva a los tres brazos criollos que colectivamente tienen una foja de 2-9 (3.81), en 22 inicios.
El bullpen, bandera de éxito en las últimas campañas no aguantó el trote en esta ocasión. Elvis Araujo no en encontró la manera de sacarle provecho a su potencial, dejó efectividad de 5.71, en 23 presentaciones, mientras que una lesión apartó a Leonel Campos (6.43 en siete actuaciones) del bullpen en gran parte del campeonato.
Alex Torres
NIDO ESPINOSO
Las Águilas dejaron marca en la temporada regular de 9-22 jugando como local (9-21 en el Luis Aparicio “El Grade”) una medida fiel y contundente al analizar los factores que marcaron la eliminación.
Como locales la ofensiva ha sido inerte, con un porcentaje de bateo de .233 y un promedio de apenas 2.6 carreras por juego. La incapacidad de producir anotaciones en Maracaibo fue exagerada, al punto de ligar .167 (18-3) con las bases llenas.
La anemia de la alineación aguilucha se acentuó en los jugadores en importados. El “Grande” les quedó inmenso a los bates foráneos, que se combinaron para un mediocre .217 de average con apenas con 28 remolcadas en 340 turnos al bate.
La falta de solvencia defensiva anuló las posibilidades que los zulianos pudieran asistir a la fiesta de enero. Los alados son club con mayor cantidad de errores (78) en lo que va de campeonato, 48 de estos en terreno propio.