Altos precios en el diamante

Los fanáticos tienen diversas opciones de comida, tanto dentro como fuera del estadio.

Concebir la idea de pasar un día en el estadio Universitario es fácil. Solo hay que pensarla en la comodidad del sofá, avisarle a la familia sobre el propósito y abrir la puerta. Eso sí; si usted quiere llevar a cabo un plan semejante es mejor que revise bien su cuenta bancaria antes de salir, pues necesitará una buena cantidad de dinero para disfrutar del juego y de todo lo que tiene que ver con él.

Si es fanático de los Leones del Caracas y su idea es consumir al menos tres cervezas, una arepa, comprar una entrada en las sillas de color amarillo y ubicar su vehículo en el estacionamiento estructural del parque, su gasto mínimo por persona será 7.275 bolívares. Por suerte, todos los concesionarios de alimentos en el coso cuentan con punto de venta y no tendrá que cargar con una gigantesca paca de billetes.

“El beisbol es un lujo más”, dijo Víctor Liendo, feligrés melenudo que no compró algún paquete de abonados esta temporada como en años anteriores. “Vine al juego de hoy (viernes) porque compramos las sillas más baratas y quisimos aprovechar la quincena”.

Pero pocas personas pensaron como Liendo. De hecho, para precisar, 5.531 aficionados fueron la compañía del fiel fanático en las tribunas y graderíos del diamante ese día. Es una cifra baja, si se compara con la menor asistencia que tuvo el Caracas en sus primeros tres juegos en casa el año pasado: 9.960.

En tal rango de muestra, la organización caraquista registró 32.536 entradas vendidas la campaña anterior. En los tres primeros juegos de la 2016-2017 el número bajó a 18.609.

“Es normal que se vea el estadio vacío”, opinó Anabelys Ochoa, ataviada con su camiseta de los melenudos. “Hay algunas comidas que rozan los 5.000 bolívares, ese es un precio difícil de pagar, como muchas cosas en la crisis económica que atraviesa el país”.

Los rubros más económicos que se pueden encontrar en el anillo de alimentos y bebidas disponible para las personas que van a las tribunas son las cervezas, que oscilan entre 600 y 550 bolívares, y los helados Tío Rico que van desde 1.200 los más caros hasta 550 aquellos menos pomposos.

En lo que respecta a los platos fuertes la gama es amplia. Un jumbo polaco puede ser la mejor opción para alguien que no tiene un vasto presupuesto, pues su precio es de 1.800 simones. Ahora, para aquellos que sí tienen la oportunidad de no ponerle un techo a sus gastos, la Montserratina ofrece un sándwich de 5.200.

“Creo que hay para todos los gustos”, afirmó José Antonio Marcano, seguidor de los Tigres de Aragua. “Hay precios que no están tan caros si son comparados con la comida que se vende en centros comerciales o restaurantes”.

El año pasado la entrada en sillas más barata de Tiburones de La Guaira estaba en 900 bolívares y la más onerosa en 2.050. Actualmente, tales boletos están tasados en 1.350 y 9.880, respectivamente. Lo único “bueno” de los nuevos precios es que ahora son raros los revendedores que hacen negocios con la boletería.

¿Quién protege? “Venir a un juego los días de semana es salir del estadio a las 11:00 pm. A esa hora ya no hay metro y los taxistas piden un ojo de la cara por las carreras. Creo que eso frena a muchas personas de venir”, comentó Marcelino Hernández, que lucía la nueva camiseta de visitante de los Leones, valorada en 49.000 bolívares.

Las palabras del señor Hernández son recurrentes entre las personas que van al estadio. Muchos llevan sus propios vehículos. Por la poca afluencia de público en las primeras dos semanas de campeonato, los accesos al estacionamiento estructural no han sido un calvario. Allí se puede guardar el carro por 500 bolívares, mientras que algunos celadores ambulantes ofrecen sus cuidados por 1.000 en las calles adyacentes.

“Lo mejor que nos puede ocurrir a las personas que no tenemos carro es que el juego termine lo más rápido posible”, dijo entre broma y realidad, Alberto Paredes, residente de Los Chaguaramos.

Debido a las diversas circunstancias en el país, Leones bajó sus ventas de abonados “bastante”, según Luis Ávila, presidente de la organización. El año pasado se negociaron aproximadamente 8.000 paquetes, la mayor cantidad entre los ocho equipos de la LVBP.

LA CIFRA

7.275 bolívares es lo que una persona gastará en un juego si paga una silla amarilla en el Universitario, se toma tres cervezas, come una arepa y paga un puesto en el estacionamiento estructural.